Artà es todo un encanto

Artà se encuentra en el noreste de Mallorca a unos 70 kilómetros de la capital Palma y saluda a los visitantes desde la distancia. Uno se queda boquiabierto cuando ve la impresionante fortaleza con la iglesia de perigrinación San Salvador en su interior, proyectando una mirada protectora hacia el pueblo. Los visitantes enérgicos se lanzan a ver de cerca estas construcciones solemnes con sus paredes en tonos ocre, abriéndose paso por el camino de la cruz, que está flanqueado por cipreses y cruces de piedra. Tienes que subir 180 escalones. Los lugareños lo llaman calvario o calvari, dependiendo del idioma en el que prefieran expresarse, es decir, español o catalán. Ambos idiomas son oficiales en Mallorca.

Inmobiliaria Mallorca – Artà

Por encima de los tejados de Artà

En cualquier caso, vale la pena el esfuerzo, porque la recompensa se obtiene enseguida: una vista maravillosamente hermosa de los techos de Artà, de la montaña, del mar, de los almendros y los olivos. Después puedes bajar cuando te apetezca hacia la iglesia parroquial de la Transfiguració del Senyor, que está debajo de la citadela.

Todo está perfectamente entretejido

Una gran parte del centro de Artà es una zona de tráfico reducido. Dicha zona incluye la calle comercial Carrer Antoni Blanes repleta de tiendas, tiendas gourmet, supermercados, pequeñas cafeterías y restaurantes modernos. La plaza principal es la Plaça del Conqueridor, donde se monta el mercadillo semanal todos los martes. Además de frutas, verduras, flores, artículos del hogar y ropa, también se pueden comprar los artículos de cestería típicos de Artà.

El pueblo tiene una larga tradición de cestería de mimbre. Varias generaciones de mujeres mallorquinas se han dedicado a la confección de cestas y bolsos de palma con hojas secas de la palmera enana autóctona llamada garballó. La cestería es una de las actividades artesanas más antiguas de Mallorca. Las cestas robustas son de calidad superior. Cumplen incansablemente su función durante años aún estando cargadas hasta los bordes. En las estanterías del todavía muy tradicional establecimiento Espartería Josep Bernat Perelló (situado en la calle Antoni Blanes, 21) yacen y cuelgan estas indestructibles aliadas de la compra. Por cierto, también venden calzado y sombreros…

Teatro, danza y DJ

El teatro de Artà se convierte cada año en el centro de todas las miradas, no solo por el festival del música clásica, sino también por el Festival Cool Days, en el que se dan cita músicos, DJ y compañías de teatro de todo el país. La Casa de Cultura de na Batlessa (una casa señorial del siglo XIX) alberga la biblioteca municipal, cuya colección cuenta con documentos pertenecientes a la obra del pintor y escultor mallorquín mundialmente famoso Miquel Barceló. Este extraordinario talento de Felanitx no solo diseñó la impresionante capilla de San Pedro de la catedral de Mallorca. La obra del artista también se puede apreciar fuera de España. Como por ejemplo, en el Palacio de las Naciones en Ginebra, sede europea de las Naciones Unidas.

La vida del municipio confluye con la onda playera

Si quieres hacerte una idea de cómo es la vida en Artà (quizá porque estés contemplando la posibilidad de comprar una propiedad en Mallorca), puedes pasar unos días en cualquiera de los elegantes y acogedores hoteles boutique como, por ejemplo, el variopinto Hotel Palacio Sant Salvador con su amplio patio interior. Allí se puede comer exquisitamente y vivir maravillosamente bien durante la época cálida del año. Además, la onda cosmopolita y playera se pueden combinar a la perfección. El término municipal de Artà incluye varias bahías, que se extienden por unos 25 kilómetros de la línea de la costa. Así pues, siempre estarás cerca de las hermosas playas de Cala Mesquida, Cala Torta y la pequeña Playa S’Arenalet, enmarcada en un paisaje natural.

Lugareños fascinantes

Los inquisitivos exploradores de todas las edades tienen una cita obligatoria con el asentamiento de Ses Païsses, que tiene unos 3.000 años de antigüedad y se encuentra a un kilómetro aproximadamente hacia el sureste de Artà. Los pobladores originales de Mallorca, llamados talayots, vivieron allí. Una lección práctica de arqueología: han llegado hasta nuestros días torres de vigilancia redondas de cuatro metros de altura (se llaman talaia), así como los restos de varios edificios y muros que se construyeron con ocho toneladas de piedra pesada. Resulta admirable y sorprendente que la gente de esa época se las arreglase para desplazar enormes bloques megalíticos.

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