Santa Catalina: un ambiente multicultural que enamora

¡Oh, Santa Catalina! Como has cambiado. Lo que en su día fue un barrio de pescadores y trabajadores algo apartado de los muros de Palma, se ha convertido en el barrio de moda de la metrópolis mallorquina. Aun así, Santa Catalina no está directamente junto al mar como el también querido barrio de Palma Portixol. Eso no le resta ni la más mínima pizca de interés, ya que este barrio ofrece otras particularidades. Una de ellas es el Mercat Municipal de Santa Catalina. Por las mañanas el mercado cubierto es el lugar indicado para comprar pescado y marisco, carne y embutidos, frutas y verduras, queso, vino y flores …

Inmobiliaria Mallorca – Santa Catalina

Probar las especialidades locales

Y es el sitio perfecto para tomarse un pequeño aperitivo entre horas o comer a mediodía. Las barras están atiborradas de una amplia variedad de apetitosas tapas. Los bares de sushi y ostras seducen al personal con las delicias del mar. También hay puestos mallorquines como el Bar Joan Frau. Échale un vistazo casual al mostrador y date el capricho de pedir uno de los platos del día al estilo de la casa como, por ejemplo, fideos o berenjenas rellenas. Y de postre no te puedes perder la coca de albaricoque. Y si tienes mucha suerte podrás hacerte con uno de los asientos en la barra, que rara vez están libres.

Aunque también puedes comprarte unas gambas, langostinos o sepias en uno de los puestos de pescado y llevártelos directamente al Bar des Mercat, para que te los hagan a la brasa. Más fresco imposible.

Creativo, bullicioso y nada convencional

Pero los residentes y visitantes no solo aprecian Santa Catalina por su mercado cubierto. En el barrio también hay un montón de tiendecitas especiales y panaderías. Por las noches este barrio se convierte en una zona de copas. Está repleto de bares y restaurantes elegantes con dueños de todos los países del mundo. En Santa Catalina se han afincado todo tipo de individuos creativos. Se respira un ambiente bullicioso. Un ambiente multicultural con estilo. Es un barrio perfecto para todas aquellas personas que buscan una vivienda en un rincón cautivador de Palma.

Con permiso, Patrón Lunares

Y, lógicamente, es obligatorio pasar por la cantina Patrón Lunares, el restaurante estrella del barrio. En esta cantina se respira un ambiente cosmopolita. ¿Berlín, Barcelona? Nada de eso: ¡Palma de Mallorca! El Carrer Fàbrica, donde está domiciliado el Patrón, se ha convertido en una avenida de restaurantes delimitada como zona peatonal.

Estilo modernista con decoración floral

A pesar de todos los cambios Santa Catalina sigue impregnada de antigüedad. Por este motivo, hay que tomarse algo de tiempo para deambular por sus calles. Porque de no ser así lo más seguro es que te pierdas las casas de estilo modernista.

Vale la pena ver varios edificios que fueron construidos entre 1904 y 1924. Como, por ejemplo, la vieja Ferretería La Central de 1908 con sus balcones arqueados de hierro forjado y su fachada decorada con motivos florales (Carrer de Sant Magí 37). El Hotel Hostal Cuba de 1904 y su torre de reja ornamental (Carrer de Sant Magí 1). O la inexpugnable Mercería Nadal con sus cordones, ribetes, hilos y botones repartidos entre cajas y cajones, que lleva aguantando el tipo desde 1924 (Carrer de Cerdà 4).

El mundo de los molinos

Y también hay que darse una vuelta por las callejuelas en dirección a los cinco molinos de viento de Es Jonquet, para respirar el ambiente original del Barrio de Santa Catalina. La forma más fácil de llegar es cruzando el pórtico del Carrer de Sant Magí. Todos los martes y jueves por la mañana se puede visitar de forma gratuita uno de los molinos (Calle del Molí d’en Garleta, 14). Allí se encuentra el Museu dels Molins, es decir, el museo de los molinos. La verdad es que puedes subir hasta el tejado y llevarte como recompensa una maravillosa vista del puerto de Palma.

Inmobiliaria Mallorca – Santa Catalina